lunes, 5 de agosto de 2013

La Catata

Estaba vestida de amarillo, con un short y un polo de bobos sin mangas, tenía unas mediecitas blancas con bobos y unos zapatos blancos también, ya tenía 4 dientes, dos arriba y dos abajo, muy poquito pelo. Su mirada era un poco triste, sus ojos achinaditos miraban a todo lado curioseando, su cuidadora me la entrego, ella se dejo cargar, mi esfuerzo por no llorar era tan grande que me nublaba la vista, teníamos que entretener a la bebe, eso nos dijeron los sicólogos, sacamos algunos juguetes que habíamos llevado, le encanto un elefante que sonaba y en la trompa tenia una ruedita, también un gusanito que tienen melodías, mi esposo y yo comenzamos a reír y llorar es la emoción más hermosa que hemos sentido.

 Hace 2 años y  6 meses conozco a Catalina, desde que me llamaron por teléfono supe que era la bebe que estábamos esperando, luego me enseñaron su foto, lo primero que te muestra el SNA, secretaria nacional de adopciones, es una foto de tu futura hija.

 En ese momento mi corazón latía a mil por hora, por mis mejillas las lagrimas caían sin parar, mi esposo me apretaba la mano, yo sabia que estaba aguantando el llanto,  y ahí al unísono los dos dijimos Si, la queremos, cuando podemos traerla.

Burocracia, deben presentar una carta aceptando la designación que el SNA les da, esa carta tiene que ser dentro de los siete días útiles desde la fecha de la resolución de asignación,  ya, ya, la queremos, podemos hacer la carta a mano, me prestan un papel y un lapicero, solo quiero abrazar a mi hija.

Pasaron 10 días de papeleos para que recién nos den el visto para verla,  llegamos a la ciudad a las 7 a.m. dejamos nuestras cosas y salimos disparados al hogar de menores, yo temblaba, mi esposo trataba de no mirarme ni abrazarme, sabia que si me abrazaba yo rompería en llanto.  Nos presentamos ante la directora, fueron a traer a la bebe, acababa de cumplir 11 meses.

Mi esposo la cargo, no quiso, seguimos jugando, a las 10 a.m. le tocaba dormir, en mis brazos la acune un poco, no pesaba mucho, tal vez 7 kilos, muy poco para su edad. Yo trataba de calmar mi corazón para que mi respiración sea mas tranquila y mi bebe pueda  dormir, al fin durmió.  Se la pase a los brazos de mi esposo.
Catata despertó miro a su papá y sonrió, yo no paraba de tomar fotos, al rato cuando papá la estaba paseando le pego un mordisco en el brazo y se puso a llorar, la marca de sus dientecitos le duro unos 4 días, otra vez a entretenerla, le dimos de comer y a las 4 p.m. tuvimos que dejarla, son las normas, al día siguiente la volveríamos a ver.

Fue la tarde y la noche más larga que pasamos, las horas no avanzaban el calor era sofocante, no teníamos ganas de comer y solo hablábamos de todo lo que íbamos a decirle a nuestra hija.  Por fin amaneció tras un fugaz desayuno estuvimos a las 8 en punto en la puerta del hogar para tener otra vez a Catalina en nuestros brazos, desde ese día hasta la fecha no nos hemos separado.

Ya pasaron más de 2 años pero para nosotros es la realización de nuestros sueños, es el motivo de nuestra vida, es  nuestra felicidad, es la consolidación de nuestra unión, es el mejor regalo que nos pudo dar el Señor, es por quien nos despertamos cada día y a quien extrañamos cada hora en el trabajo. 

Nuestra Catata, Dios la bendiga.

efase.

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